
SALA DEL ENFRENTAMIENTO
Mientras los poetas trataban temas como el amor, la belleza o la mitología durante el Siglo de Oro, Luis de Góngora y Francisco de Quevedo, hacían de la poesía una forma de lucha formal a base de puño y letra, muy extendida desde aquel entonces.
Pero, ¿a qué se debe este enfrentamiento?




Lutero: asunto tomado de un sueño del Infierno de Quevedo
Pintor: Francisco Sans Cabot, 1858. Pintura al óleo. El trasfondo del cuadro se basa en Sueño del Infierno de Quevedo, más tarde retitulado como Las Zahúrdas de Plutón. Este poema de carácter moralizador nos habla de los principales vicios y los posteriores castigos, recurriendo a la sátira dentro de la máxima ortodoxia cristiana y mostrando a un Lutero pecador, al igual que hace Sans Cabot en su cuadro, y castigado por sus faltas.
Texto literario:
Fuime allá
por ver risa en el infierno,
cosa tan nueva.
Luis de Góngora y Argote.
Pintor: Velázquez, 1622. Pintura al óleo. Le realizó este retrato en el primer viaje del pintor a Madrid al encontrarse con el poeta cordobés. Como podemos observar, su nariz es bastante peculiar... Y Quevedo decidió dedicarle un poema, el soneto Érase un hombre a una nariz pegado:
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado.
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
los doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera, sabañón garrafal, morado y frito.
Retrato de Francisco de Quevedo
Pintor: Juan Van Der Hamen, mediados del siglo XVII. Pintura al óleo. Poco más que decir, está todo especificado en el título. Después del asalto realizado por Quevedo hacia Góngora, toca obtener respuesta en su poema A Francisco de Quevedo:
Anacreonte español, no hay quien os tope,
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego.
Píramo y Tisbe
Pintor: Pierre-Claude Gautherot, 1799. Pintura al óleo. Este cuadro representa una de las escenas del mito de Píramo y Tisbe, de Las Metamorfosis de
Ovidio. Los dos enamorados se encuentran en un trágico final y ambos se suicidan cuando Píramo cree que una leona se comió a su amada Tisbe la noche en la que acordaron huir juntos.
Fragmento de un poema satírico de Góngora (Ande yo caliente y ríase la gente) que habla de este mito en concreto y se burla en cierto modo del mito:
Pues Amor es tan cruel
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
la espada sea mi diente,
y ríase la gente.